MOSQUERA TENÍA RAZÓN

 Hace unos años, en ciertos medios vinculados a la heráldica y a la genealogía, motivados por ciertos intereses, se abrió una campaña en mi contra, y en el de los orígenes de mi Familia, que yo siempre intenté defender, a capa y a espada, sin pedir nada, solo por motivos de tradición inmemorial y de conocimiento histórico, no por falso ego, sino por realidad moral y madura de ser consciente de los orígenes de la Sangre.

Todo ello, gracias a D. Saúl III O.S+G, Pro Patriarca Ortodoxo del Rito Sirio-Bizantino, Q.E.D., fue El quien me dio a conocer datos y archivos vinculados a mi bisabuelo, D. Manuel Mosquera, y su vinculación como Dinastía con una organización denominada Teocracia Ecuménica.

Utilizando los motivos, que como digo, en su momento, parecían un poco esperpénticos, muchos de mis enemigos, y de los que creía amigos, una vez no accedí a sus deseos espurios, dieron mecha a dichas difamaciones, algunas de ellas, ya se sabe, son como el fuego cuando se mezcla con la pólvora, y dieron pie a muchos rumores, y maledicencias.

Aunque durante todo este tiempo, estuve callado, lo cierto, es que no deje de lado las investigaciones más científicas dentro de la genealogía, que no pueden ser otras, como la comparación genética con restos “auditados” por grandes centros de investigación, como National Geographic, Laboratorios Dante, y otras tres organizaciones, para ello investigué mi ADN, controlado y auditado por dos grandes laboratorios independientes y sin relación entre sí. 

Algo es cierto, los documentos y papeles, tal vez puedan manipularse de alguna forma ilícita, pero la sangre y la genética es imposible.

Por fin, puedo presentar este libro, de TRES TOMOS, para desgracia de algunos, y gracias a la genética comparada, para escarnio de críticos y mala prensa, en contra de la que tomaré las medidas legales, a través de las correspondientes querellas.

EL QUE ESTOS SUSCRIBE TENÍA RAZÓN.

No estaba equivocado, no era un loco, tampoco un narcisista.

Al contrario, era un ser humano coherente con la HISTORIA DE SU FAMILIA, con la VERDAD EMPÍRICA DE LA CIENCIA, consciente de que en nuestra Era, todo lo auténtico pierde su esencia, por lo falso y virtual.