André Malby, fue un ser especial. Con Silvia, y con otros amigos, siempre surge su persona, cuando en casa recordamos al "MAESTRO", bueno, no quería ser maestro, quería ser; extraordinario, simple, y especial.
Tuve la oportunidad de conocerlo, de tratarlo, de odiarlo...
Nunca olvidaré cierto estudio, de un mes, para decirme que se lo había inventado... y si me lo creía es que era TONTO.
André, era tremendamente DUAL, jugaba con cada uno de nosotros, con el fin de hacernos ver la VERDAD, y creo decir, que quién no comprenda esto, nunca entenderá nada.
En su sabiduría simple y directa, era incapaz - no es cierto - de comprender que nosotros no estábamos a su nivel. El hablaba y hablaba, mientras nos llenábamos de humo, y ese incienso de su tabaco, hacia que nos olvidáramos de muchas preguntas.
Malby, como yo siempre le dije - los gallegos siempre hablamos con cariño y no desprecio de los apellidos - fue el último gran espíritu de la contradicción.
- Hoy MAESTRO, tantos hablan de ti, tantos dicen "chorradas" y "mierdas" - eso dirías -, pero son ecos de su ignorancia.
Vaya este vaso de Whisky, por sentir tu presencia.
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